Los caminos que conducen a la Verdad son infinitos. Y todos están a nuestro alcance. Y todos nosotros tenemos también energía para emprenderlos. Pero, con frecuencia, estamos demasiado atados al carro de la inconsciencia y esto nos mantiene en sumisión e indecisos.
Puede también que temamos al qué dirán, presos en un monólogo interior: "No demos este paso. Todo el mundo nos contempla y si lo damos en falso nos mirarán de reojo y se reirán de nosotros, ¡qué vergüenza ser el motivo de jolgorio de los demás!".
Y así, por ignorancia de nuestra real capacidad, y a veces por timidez, o por miedo al juicio de los otros, nos reprimimos. O nos damos a la desdicha o a la resignación.
Melinus.-
Comentarios
Publicar un comentario