EL DESCUBRIMIENTO DEL HOMBRE POR EL HOMBRE *** SOCIEDADES ARMÓNICAS
A lo largo de la historia de la Humanidad,
se ha ido generando un cierto oscurantismo, a modo de
indiferencia, ignorancia, perturbación, dispersión y
un largo etcétera. Todo ello adornado con la rutina,
las ideas preconcebidas, el estatus social, la
sociología ecuménica y, como es natural, por un sin
fin de intereses centrados básicamente en el control
exhaustivo de la población, empobreciendo ciertas
partes de la sociedad.
Como reflejo de estas circunstancias anómalas,
adrede se ha ido surtiendo de incógnitas a la
sociedad para desvirtuar, distorsionar, decantar,
unos arquetipos en pro de un interés egoísta y a la
par económico y, por qué no, hasta cierto punto
político. Dando al traste con la bienaventuranza, el
espejo que debe tornasolarse en un conocimiento
mutuo entre los mismos individuos, fruto del
intercambio de pareceres libre y espontáneo a todos
los niveles.
Así, la sociedad en general, con dichas
características, ha ido limitando el libre albedrío a tan
sólo la esperanza de la supervivencia y poco más.
Todo ello intencionadamente transmitido, como para
dar una idea concreta de que si el individuo se aparta
de esta senda impuesta, conocerá tan solo la
desesperanza y el infortunio.
Dicha actitud, errónea, se torna en contra del
individuo y de la propia sociedad en la que vive,
empobreciendo al conjunto, desde el inferior hasta el
superior. Perdiendo, como es natural, todo el
encanto que puede generar una sociedad inteligente
y cultural, espiritualmente hablando.
Y esto es tan solo una breve idea de lo que
puede llegar a ser una sociedad en la que únicamente
prime el desarrollo material, intelectual, cultural y en
unos niveles digamos exageradamente proclives a
abandonar el aspecto íntimo, interno, espiritual, que
esto último ha de llevar al individuo al encuentro
consigo mismo.
El transmitir el conocimiento únicamente a
ciertas parcelas de la sociedad, a una cierta élite
social o económica, estamos tergiversando los
derechos básicos de todo individuo.
Cuando enraizamos unas costumbres, unos
cultos, una religiosidad, a favor de una minoría y
abandonamos los razonamientos propios de esa gran
mayoría, esa masa crítica, que es la que en definitiva
hace progresar a las sociedades, nos encontramos
nuevamente con un doble empobrecimiento.
El objetivo del Hombre es encontrar la razón de
la vida y de sus circunstancias.
Shilcars
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