"EL CRISTO, HACE 2000 AÑOS, HIZO SU ÚLTIMA Y DEFINITIVA APARICIÓN"
PARA AGLUTINAR EN SU PENSAMIENTO INFINITO A TODOS AQUELLOS 
SERES HUMANOS DE TODO EL COSMOS HOLOGRÁFICO CUÁNTICO, PARA 
RESITUARLOS ADECUADAMENTE. PREPARANDO TODO UN PROCESO 
QUE IBA A CULMINAR AHORA, EN ESTOS TIEMPOS QUE CORREN
-Shilcars-

Amigos, hermanos, atlantes todos, buenas noches, 
soy Shilcars del planeta Agguniom.
Efectivamente quería intervenir, y poner mi granito de arena con el
ánimo de mejorar si cabe la comprensión de un estado o época en 
la que el Cristo pudo haber sembrado el conocimiento auténtico, 
la realidad auténtica del mundo holográfico cuántico. 
Es habitual, y lo ha venido siendo a lo largo de todos estos años,
que cuando alguno de nosotros hemos querido intervenir mandemos
una frecuencia de sonido para que os apercibáis de nuestra intención 
de mantener el diálogo, a través también de nuestra aportación, 
de nuestro simple punto de vista. 
Así pues, esta época, cuya influencia espiritual nos viene dada por
la venida del Cristo, es a modo de preparación definitiva hacia una
reunificación, hacia el hermanamiento, hacia la unión de mentalidades. 
El Cristo, hace dos mil años, hizo su última y definitiva aparición
para aglutinar en su pensamiento infinito a todos aquellos seres
humanos, atlantes de todo el mundo de manifestación, de todo 
el cosmos holográfico cuántico, para resituarlos adecuadamente.
Preparando todo un proceso que iba a culminar ahora, 
en estos tiempos que corren. 

Una diferencia importante resulta de la aparición en este mundo
físico tridimensional del Cristo Cósmico, y como tal de una aparición
cósmica en todo el universo y en los multiversos, y es que en este
planteamiento trascendente el Absoluto quiso participar directamente. 
Trasladándose Él mismo, en completa humildad, a este mundo
tridimensional y desde aquí inscribir debidamente toda la formulación
que debía desarrollarse adecuadamente para establecer ese vínculo, 
y justo equilibrio entre el mundo visible e invisible. 
Dicha participación tuvo lugar, como todos conocéis o podéis
conocer, a través de la venida de este Cristo hecho Hombre. Que en
definitiva es o representaba ser el último avatar, después de una serie
de avatares anteriores que participaron también en la conformación
psicológica de los atlantes en el paréntesis. 
Porque no olvidemos también que la venida del Cristo Cósmico lo
ha sido para reconsiderar previamente una estructura psicológica
adecuada, y proyectada hacia la transmutación. Conque se validan
todos los seres humanos atlantes dentro de este paréntesis fuera 
del tiempo real del universo. 

Podéis entender perfectamente que dicha operación cósmica es de
una gran responsabilidad, por cuanto con ella se pretende diluir en el
propio cosmos real, en su tiempo real, a todo un compendio en un
paréntesis que, indudablemente, de la buena proyección a nivel de
transmutación dimana el que pueda diluirse nuevamente en ese gran
cosmos holográfico cuántico. 
Y, en tal punto cósmico de dicho holograma, en un mundo real, en
un mundo auténtico donde existe la realidad de los seres que en él
frecuentan esa frecuencia vibratoria, podemos entender perfectamente
que se precisa de una participación pura a nivel psicológico, y una
mente abierta a la hermandad y al amor de una forma auténtica 
mayúscula. 
Por lo tanto, dicha operación solamente podía supervisarse a
través del Absoluto, y en una modalidad de humildad pura en la que el
mismo se proyectase en este mundo tridimensional holográfico, dentro
del multiverso, y guiara todas sus propias réplicas o esencias o
consciencias. Y esto ha dado como resultado los tiempos actuales. 
Como siempre, es importante en todos los aspectos del mundo de
manifestación, equilibrar las dos partes del mundo visible e invisible, 
del mundo material y espiritual. Y en este caso en el hombre, el atlante
siempre ha sido un ser espiritual, indudablemente. Aunque ha habido
épocas en que se ha perdido, y también  muchas veces olvidado, de su
raíz espiritual pura y concreta. Pero invariablemente ha vuelto siempre 
al punto de origen, cual es su espiritualidad en el sentido más amplio. 
No siempre las circunstancias del mundo tridimensional se han
establecido de tal forma que permitieren un equilibrio completo, o casi
completo, como es el mantener esa estabilidad preconizada. 
Y solamente ahora, en estos tiempos que corren, el atlante lo ha
conseguido a través de su técnica y de su conocimiento. Pero más bien
en su técnica por cuanto la misma le ha posibilitado el poder llegar a
reconocer en sí mismo la posibilidad de una capacidad real a nivel
virtual. 
La técnica, sobre todo la electrónica en todas sus facetas, ha
permitido a esta generación llegar a reconocer tal posibilidad en la
comunicación, en la tecnociencia. Del conocimiento más amplio. 
Eso quiere decir que en las ideas creativas, además, el hombre a
través de las mismas puede reconocerse a sí mismo e investigar y
experimentar, porque en definitiva la técnica actual le permite tal
desarrollo técnico y científico. 

Y claro, cuando el ser humano llega a ese estado de conocimiento,
a nivel tridimensional, es decir, que a través de él mismo puede darse
explicación a toda una serie de estructuras bioquímicas, biológicas,
químicas, etc etc., es cuando el hombre empieza a asumir su gran
realidad. 
Y empieza a asumirla precisamente porque a través de la técnica y
de un sentido racional puro, se da cuenta perfectamente de que a través
de su intelecto jamás llegará a consolidar esa unión con el infinito. 
Se da cuenta, además, que por muchos elementos materiales que
utilice, y por muy desarrollados que estos sean, jamás podrá igualar las
grandes capacidades de su propia mente. Y en este punto entra en él la
humildad. Y en este punto también es cuando equilibra esos dos
factores. 

El factor material a través de la ciencia, la técnica, el raciocinio, 
la reflexión y, a veces también, la decepción por darse cuenta de que 
le es imposible llegar a resolver las grandes incógnitas y, todo ese
conglomerado de manifestación, se iguala con el conocimiento ya de 
por sí genuino de su parte espiritual. 
Y, cuando llega a este punto, este es el punto al que el Cristo Cósmico, 
hace 2000 años, pretendió que así fuere, que se llegara a este
punto de comprensión. Porque llegando a esta parte de comprensión
profunda, el salto cuántico habría indefectiblemente de procurarse con
total normalidad. Sin impulsos, sin obligaciones de ningún tipo, y sí a
través del fluir del pensamiento amoroso pleno de hermandad, para
llegar a consolidar muy especialmente una nueva figura cósmica. 
En definitiva, esa nueva figura cósmica que se pretende es,
sencillamente, la participación plena de unos atlantes que genuinamente
forman parte del Absoluto, porque son Él mismo, y que por diversas
cuestiones y circunstancias están fuera de un tiempo real. 
Dichos atlantes pues, ya es hora de que se liberen de la pesada
carga de oscurantismo. Que aligeren sus cuerpos a través de un
proceso de transmutación que equivale a una nueva densidad atómica
mucho más fluida y que, con su pensamiento en orden a la hermandad,
al amor, pueda por fin diluirse perfectamente, y sin ninguna circunstancia
adversa, a la corriente del atlante, del ser humano, de la partícula divina.
Del Absoluto en definitiva diversificado infinitamente.   
Os mando mi bendición. Amor Shilcars.

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