LA MENTE HUMANA DESEA LA COMPLEJIDAD
No existe ningún camino complicado, porque no existe camino. No existe nada enmarañado, ni superfluo, porque nada existe que así lo componga, todo es fluido, todo es liso, todo es plano, transparente, y por serlo es tan difícil de cuantificar, de cualificar y de calificar.
La mente humana se crece, o cree crecerse ante las dificultades. Desea en el fondo la complejidad de los laberintos mentales, busca afanosamente la complicación
y huye de la sencillez.
El ego, este pensamiento 3D, necesita crecer en importancia, necesita verse cada vez más enriquecido, tanto de conocimiento como de materia. El ego necesita cada vez más posesiones, privilegios, capacidades y dotes de mando, y al mismo tiempo hacerlo muy complejo, muy difícil, muy complicado, hablemos casi de galimatías, para en el conocimiento del mismo el ego crecer y transformarse en un dominador nato.
Cuando se llega a este punto, el pensamiento no busca la sencillez, sino que se recrea, como digo, en la complejidad. Cuando en realidad la naturaleza, toda ella, observándola con un corazón abierto, humilde, encuentra respuestas, halla respuestas. Y las más difíciles las halla con mayor sencillez cuando el ser humano abre su corazón y se deja de complejidades.
Esto es así, este es el funcionamiento del pensamiento 3D, la búsqueda de la carga, y cuanto más pesada y menos ligera mejor, porque así dejará de lado la trashumancia, se afincará definitivamente en un lugar determinado, y dejará pasar los años con la rutina más pesada, estruendosa.
Esa rutina que le sirve al hombre para dormirse en sus laureles, con la excusa de que la vida es muy difícil, de que todo es muy complicado, cuando él mismo lo ha hecho
complicado adrede.
En fin, amigos, hermanos, todo son excusas para no hurgar en lo más profundo de la psicología, para no autodescubrirse, para no aplicarse debidamente en la auto-observación, para ignorarse definitivamente y no reencontrarse ante uno mismo,
ante la realidad de uno mismo.
Todo ello tiene una fácil explicación: el hombre, realmente, cuando se busca a sí mismo, nada encuentra. Y esto le produce un gran pavor, pierde su seguridad, pierde la seguridad del apego, la seguridad, triste seguridad, e ilusoria a la vez, que puede proporcionar la materia, en todas sus manifestaciones.
Cuando el hombre, en su sencillez, se auto-observa y se descubre a sí mismo, encuentra que es nada. Y esto, como digo, le desbarata todo un castillo hecho de ilusorias y retorcidas planificaciones, en busca de un futuro seguro, conservador y definitivo.
Claro, el hombre y la mujer, en este caso el ser humano atlante, se hace a sí mismo su tumba, se fabrica su lugar preferido, se prepara para morir, porque todos sus deseos los ha puesto en la materia, y sabe positivamente que tarde o temprano deberá abandonarla.
Y, en su ilusoria capacidad de razonamiento trascendente, cree que acumulando aquí y ahora, algo va a quedar para su próximo futuro, porque además sabe e intuye que la realidad de sí mismo es nada, pero tal vez allá, en el otro lado, le sirva algo de esa acumulación. En definitiva, el hombre acumula riqueza, bienes, prebendas, conocimiento, por ignorancia,
y a la vez por miedo.
La presente generación tiene mucho miedo, en general, por eso busca afanosamente protegerse constantemente. Le asusta cambiar, le asusta modificar, le asusta moverse. Aborrece la trashumancia, cuando en realidad todo está en movimiento, desde el átomo hasta el universo entero, no para ni un solo momento.
“¡Ah sí! Pero el hombre es diferente, el hombre tiene inteligencia, y por eso ha de ser diferente, y por eso ha de ir a distinta velocidad, si no también al contrario
de la velocidad y del curso de los acontecimientos y del universo entero”.
A veces podemos preguntarnos porqué no hallamos la forma de unirnos en el latir del corazón de todo el universo, porqué no vibramos al unísono y nos conjuntamos. Claro que siempre hay respuestas del ego, del pensamiento 3D, alegando que eso significa la unidad
y la desaparición de la individualidad, cuando eso no es cierto.
La unificación de pensamientos, vibrar al unísono todos los corazones de la Tierra y del universo, solamente significa unidad y marchar al mismo paso, avanzando, pero no significa la eliminación de la individualidad, sino todo lo contrario: la afirmación de la individualidad como eje principal o básico para vibrar en un mismo nivel, en una misma vibración, en una misma onda. Una onda que nos permita conectarnos con todo el universo.
Ahí está la conclusión al enunciado de esta noche: nuestra misión es unirnos y palpitar al unísono con todo el universo, con ese gran corazón que a partir del fractal
nos retroalimenta constantemente.
Estamos, digámoslo así, en una gran orquesta universal, cósmica, y el cosmos está participándonos de una hermosa y fantástica melodía, y debemos poner los cincos sentidos y todo nuestro amor para sintonizar con la misma y, si es posible, entonar un cántico o himno de amor al propio cosmos y al universo. Pero si vamos desentonados, si nuestra música es otra, si nuestro paso es contrario al paso de la unidad cósmica, desentonamos.
Así que, amigos, hermanos, este es el sencillo mensaje de esta noche. Sé que le sacaréis el jugo y admitiréis, alguna vez, que la realidad de todo este contexto holográfico cuántico es nada. Si llegáis a este convencimiento, en un principio, tenéis una marcha asegurada
a través de un camino sin camino.
Si no entendéis el mensaje es porque le habréis prestado muy poca atención. Y si vuestra atención lo ha sido efectiva, bondadosa, amorosa, y sobre todo paciente, os daréis cuenta de que el mensaje de esta noche deriva hacia la unidad de pensamiento bajo
la poderosa influencia de la vacuidad, de la nada.
Porque si sois inteligentes, os daréis cuenta de que a través de la comprensión de dicho enunciado puede empezar a germinar en vosotros la llama de la humildad, de la sencillez,
y al mismo tiempo de la valentía, y sobre todo de la erradicación del miedo,
que corroe vuestro pensamiento, todos sin excepción.
Y si lográis este paso, pequeño paso, pero muy grande para vuestro pensamiento,
adquiriréis seguridad, y en el fondo descubriréis que sois todo y nada a la vez.
Y puede que en la profundidad de vuestro pensamiento empiece a germinar
la idea de la verdadera razón por la que estáis aquí y ahora.
Descubriréis, seguramente, tarde o temprano, y mejor que sea temprano que tarde, vuestro origen, vuestro real origen. Porque el reconocimiento de vuestra base cósmica es muy importante, ahora, en estos tiempos. Porque reconociendo vuestro origen sabréis dar efectivamente los pasos adecuados para instaurar en vosotros la debida armonía,
y con ella erradicar el apego, la pesada carga que soportan vuestros hombros.
Ahora, en estos tiempos, se necesitan seres ligeros, mentes sencillas, pero sabias, desprendidas, capaces de afrontar cualquier reto, con valentía y dignidad. Si estáis
en tiniebla no conseguiréis nada de ello. Os sumergiréis en el desencanto,
en la decepción, en la contradicción. Aunque si hacéis un esfuerzo hallaréis
definitivamente la realidad de vuestro ser aquí y ahora, el porqué habéis venido
y de dónde procedéis.
Y esto os dará seguridad, y esto os unirá con vuestros compatriotas en todo el universo, esto facilitará un canal de comunicación importante a través de vuestras poderosas mentes y,
a través de ellas, llegará el conocimiento, la aceptación y el reto ante el gran desafío
del autodescubrimiento.
Empezaréis a notar en vosotros que todas vuestras circunstancias no tienen nada que ver
con vosotros mismos. Descubriréis la relatividad, la gran relatividad de todo lo que os rodea. Descubriréis la bondad en vuestro fondo mental, cual fuera un espejo que refleja vuestra bondadosa imagen que de por sí tenéis.
Todos vosotros, y los que el medio ayudará a través del reconocimiento de estas palabras, poseéis un origen. Sois humanos, terrestres, disponéis de documentación, de “papeles”, entre comillas, que os garantizan una identidad, pero eso únicamente son papeles. Os brindo que halléis, todos, vuestro real origen, vuestra real identidad. Es la clave para proseguir
en el despertar.
Días pasados habéis iniciado una gran epopeya, habéis puesto en marcha un gran mecanismo, en México, Suramérica, en el mundo. Toda la energía de vuestras presencias está trabajando para culminar un acto grandioso, y a la vez crístico. Estáis en ello. No olvidéis la unidad, teniendo en cuenta la individualidad de vuestras personas.
Quiero hacer hincapié en la unidad, la unidad de pensamiento, sabiendo positivamente que debéis de estar unidos. No os dejéis llevar por los cantos de sirena. En estos tiempos la entropía está jugando malas pasadas, está confundiendo mentes, pero vosotros sois inteligentes, tenéis un punto de unión, un núcleo energético, un egrégor. Unas capacidades
y una hermandad.
Si sois inteligentes, repito, creo que para esos cantos de sirena vuestros oídos van a ser sordos, totalmente, porque os interesa la unidad, os interesa marcar el paso todos, hacia delante, pero de frente, no en fila india. Os interesa avanzar todos por igual y al mismo tiempo, os interesa reforzar las raíces de este gran castaño, que representa Tseyor en todo el mundo.
Las piedras se han puesto, y sobre ellas podéis empezar a practicar y a elevar vuestros corazones y pensamiento. Cada piedra es un universo, donde pongáis vuestras piedras allí vais a crear vuestro mundo, pero en unidad de criterios, no dispersándoos.
Aprovechad la energía que os está mandando el cosmos, la está mandando al egrégor
de Tseyor. Y el egrégor de Tseyor, al igual que el gran castaño cósmico y universal,
está preparado para cobijaros, para daros protección.
Si sois inteligentes, amigos, hermanos, sabréis lo que tenéis que hacer.
Shilcars.
Comunicado 274. Vibrar al Unísono con el Corazón del Universo
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