¿COMO VAMOS A CONSEGUIR ESA REGENERACIÓN
QUE NOS PERMITA MULTIPLICAR PROGRESIVAMENTE
NUESTRO ESTADO VIBRACIONAL, TENIENDO EN CUENTA 
QUE DICHO ESTADO NO SERÁ MODIFICADO POR DESEO,
TÉCNICA O MECÁNICA ALGUNA? 

En anteriores capítulos, hemos hecho referencia al cromosoma. Del gen 
como partícula de material genético que determina la herencia.

Hemos hablado también, de una cierta limitación en la composición cromosómica
y adeneística del Hombre, aunque dichos efectos sólo son temporales. Sus arquetipos 
están diferenciados del común proceso humano interestelar.


Es de destacar, que la fase de autorrealización del Ser, trata de la transformación 
de impresiones, emociones y de organizar el necesario estado vibracional.
Ahora bien, si tales procesos son sólo observados desde el punto de vista de la
intelectualidad, dicha postura nos puede representar una difícil solución y, 
por lo tanto, una negación de nuestra propia capacidad de resolución.


Realmente, la transformación de nuestro esquema mental puede originarse a base
de un proceso vibratorio que nos va a dar la clave de toda incógnita y de la magnificencia
de la propia inteligencia regeneradora. Estamos hablando de una inteligencia subliminal
que, como seres humanos, llevamos intrínsecamente en nuestro interior mental.
Nuestra mente, al igual que un fiel espejo que refleja nuestra imagen
tridimensional, actúa en doble dispersión permitiéndonos un estado completo 
de comprensión y de reafirmación de nuestra propia esencia evolutiva.


Tendremos también constancia, del estado hipnótico o virtual en el que nos
movemos por este espacio tridimensional. De alguna forma modificable, 
cuando se saben usar las claves necesarias o convenientes. Pudiendo señalar 
que la regeneración de nuestros cromosomas, de nuestro sistema adeneístico, 
dependerá en mucho de nuestra vibración.


Y pregunto, ¿cómo vamos a conseguir esa regeneración que nos permita
multiplicar progresivamente nuestro estado vibracional, teniendo en cuenta 
que dicho estado no será modificado por deseo, técnica o mecánica alguna? 
Bastará con aplicarse en la creencia de la propia imaginación creativa que nos sustenta.
Si sabemos que en determinadas circunstancias nuestra mente actúa de coordinador
y sensibilizador de alteraciones cromosómicas, estaremos preparados para entender 
que la autorrealización del Ser, que la dignificación de nuestro estado evolutivo, 
dependerá única y exclusivamente de nuestro saber.
Y, aunque de sabios es reconocer que no sabemos, en este principio estriba 
la necesidad de saber y de llegar a comprender, algún día, 
la importancia de un elemento como puede ser la propia vibración. 
Y, ¿qué entendemos o podemos entender por vibración? 
Necesariamente ese estado de plenitud, de paz, de sensación de felicidad, 
de amor, de alegría, de ilusión.
Esa paz que nos permite un estado contemplativo y sin interferencias de
pensamiento alguno. Sensación que nos lleva a comprender la auténtica felicidad 
que proporciona un estado sin estado alguno. En la felicidad que puede proporcionar 
un estado absoluto de quietud. Algo muy difícil por cierto en las circunstancias 
como las que actualmente estamos viviendo y progresando.
Sin embargo, también debemos llegar a comprender que el cromosoma, 
como fiel institución de unos arquetipos previamente fijados por una ley inexorable, 
cual es la de la evolución universal, está contemplado asimismo por una reacción 
intermitente y, por lo tanto, en un espacio intermitente en el que a pesar de realizar 
una acción y reacción permite una extrapolación.
En dicha extrapolación, vamos a hallar el contenido real de la Nada. Y en el
supuesto de llegar a comprender esa intermitencia, podremos experimentar la completa
utilidad de nuestro pensamiento. Siempre referido a un pensamiento trascendente, que
influye en el universo holográfico, generando en sí mismo una relación causa y efecto.
Entonces, la solución se brinda por sí misma: si establecemos la causa hallaremos
un efecto y, por lo tanto, activando ciertas causas, originariamente en un espacio
adimensional, podremos aligerar unos efectos o invalidar unos determinados 
efectos que, por ahora, inciden negativamente.


Así pues, debemos llegar a un estado contemplativo o proceso 
de no pensamiento, en donde poder programar y reestructurar arquetipos.
Además, lo más importante si cabe es que mentalmente podemos navegar 
por un espacio adimensional, tan sólo procurando establecer el debido 
equilibrio y equidad. Sin asomo alguno de deseo. Y tan sólo anhelo por alcanzarlo.


Como resumen de todo ello, decir que podemos llegar a divisar un horizonte
clarificador si tenemos en cuenta tres aspectos:
  1.- La auto observancia de unas determinadas reglas evolucionistas, 
siempre desde el punto de vista adimensional o tetradimensional.
  2.- Regeneración cromosómica y adeneística a través de un pensamiento
trascendental. Inducción que vendrá dada por nuestro pensamiento puesto 
en un área adimensional, que va a procurar justamente la causa que derivará 
en un efecto tridimensional.
  3.- Crear un nexo de unión con la espiritualidad. Que significa trascender un espacio 
a través de un pensamiento trascendente, en una esfera de conocimiento superior.
Equilibrando de hecho, todo un proceso tridimensional o físico, ya que de algún modo
podría invalidar si éste no fuera el caso, dicho proceso tetradimensional.

Con amor. Icotrem



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