DIGÁMOSLE AL HOMBRE
“ES HORA YA DE QUE EL HOMBRE
DESPIERTE DE ESE SUEÑO
DE LOS SENTIDOS”
-Sili-Nur-
Es hora ya de que el Hombre despierte de ese sueño de los sentidos
y piense que es el momento de hacer un esfuerzo.
Un esfuerzo más para resituar su capacidad, su intelecto, en otros niveles.
Digamos basta ya a esa “oscuridad” de los sentidos.
Digamos basta ya a la inexorable recurrencia de vida tras vida en una
oscuridad casi total del individuo. Démosle la visión completa de su panorama espiritual.
Enseñémosle los primeros pasos a seguir por el camino de la evolución espiritual.
Digamos al individuo, hermano nuestro, que tiene en sí mismo
la capacidad de andar y de evolucionar y de perfeccionarse.
Enseñemos a nuestro amigo, lo que no debe hacer en esa recurrente existencia.
En esa recurrencia de vidas y vidas sin otro objetivo, sin otro punto de partida,
que no sea la horizontalidad de una vida monótona y repetitiva.
Digamos al individuo, a nuestro hermano terrestre,
que ahora es el momento en el que puede alzarse de su monotonía,
de su capacidad, de aprovechar su total capacidad, para remontarse
hacia las estrellas, para fundirse en un abrazo con todos los hermanos
que pueblan el cosmos y que están esperando,
de alguna forma, este acontecimiento.
Digamos también al ser humano de la Tierra, que deje un poco de lado
ciertos aspectos más materiales de la existencia.
Porque éstos son una pura ilusión de los sentidos que lo mantienen en una
"oscuridad total", que lo mantienen en un concepto equivocado de sin salida.
Digamos también a nuestros amigos terrestres, que es posible dar el salto
ahora, en estos momentos. Estos son propicios para este salto
porque tecnológicamente, científicamente, culturalmente, intelectualmente,
el Hombre está en su mejor momento.
Digámosle también, que haga un esfuerzo y despierte de ese sueño
de los sentidos. Porque si despierta, se dará cuenta de la realidad
que lo envuelve. Una realidad que es pura fantasía y debe hacer un doble
esfuerzo para escapar de esas redes egóicas que lo mantienen prisionero.
Y finalmente, digamos a nuestro querido hermano terrestre,
que estamos en condiciones de ayudarle, que queremos
con todas nuestras fuerzas ayudarle y que sin lugar a dudas,
tendrá en nosotros la máxima ayuda y el principal valedor
para ese salto evolutivo.
Porque hemos empeñado todas nuestras fuerzas,
todas nuestras energías, toda nuestra credibilidad, para que así sea.
Con amor. Sili-Nur
Comentarios
Publicar un comentario