"LA AUTO-OBSERVACIÓN"



“A través de la auto-observación de instante en instante
podremos penetrar en ese mundo completo, en ese mundo
objetivo, en el que entresacar conclusiones, en el que
observar verdaderamente nuestra realidad circunstancial. Y
ya luego, en el mundo tridimensional, podremos modificar
aquellas trayectorias que tal vez no sean del todo correctas,
incluso erróneas.”
-Shilcars- 

La auto-observación es la gran herramienta que se nos ha dado para nuestra evolución. 
Constituye el núcleo esencial de todas las prácticas espirituales, que bajo diversas formas y
denominaciones (meditación, introspección, autoindagación, autorreflexión, autodescubrimiento, autoconsciencia) se fundamentan en la búsqueda de uno mismo, un procedimiento
que nos conecta a nuestra esencia, a nuestro centro de consciencia, a nuestra realidad. 
La autoobservación comprende la teoría y la práctica del autoconocimiento. 
Empezamos por observarnos a nosotros mismos, nuestros gustos, inclinaciones, preferencias,
rechazos, identificaciones... y así vamos reconociendo las capas que recubren nuestro ser, 
y que hemos ido creando por medio de una mente tridimensional que gusta de
identificaciones y rechazos, para autoafirmarse, para sentirse segura. 

Este es el primer paso en la percepción de nosotros mismos, como decía el poeta: 
“Converso con el hombre que siempre va conmigo”, ese sujeto a veces extraño que convive
cada día con nosotros, y que se conforma en torno a una idea del yo, que no siempre es positiva, 
que se proyecta en un ideal del yo, donde quisiera establecerse, y se enmascara bajo 
diversos disfraces, para ocultar su frecuente inseguridad. 
La autoobservación en sus primeros momentos nos lleva a darnos cuenta de que todo aquello 
que rechazamos con más vehemencia es parte de nosotros, una parte que no queremos aceptar, 
pero que conviene reconocer para transmutarla. 
Aquello que apreciamos y valoramos también forma parte de nuestros anhelos, 
pero tenemos que depurar los valores sobre los que nos sustentamos: ¿Hacia dónde van dirigidos? 
¿Hacia el refuerzo de la dependencia o hacia la libertad? 

La autoobservación, si seguimos sosteniéndola, nos muestra nuestras debilidades, carencias, 
dolencias, identificaciones. Y nos va permitiendo reconocer, a modo de autoanálisis, que por 
encima y por debajo de ellas está nuestra realidad, que, en cambio, es la de un ser libre,
creativo, feliz y desapegado, pero que ha errado en muchas decisiones o identificaciones, 
creyendo que en lo que ellas procuraban estaba su emancipación.
La autoobservación nos lleva a ser conscientes de la renuncia que tenemos que hacer 
de todo lo que nos esclaviza y limita, de lo que nos impide ser nosotros mismos. Muchas
veces esas trabas las atribuimos a circunstancias externas, al entorno, pero la autoobservación 
nos dice que el entorno no nos limita si no se lo permitimos, que nuestro pensamiento es
completamente libre.
La autoobservación nos tiene que ir llevando a reconducir nuestra vida hacia los valores y 
verdades que nos constituyen, y que tenemos que aprender a descubrir por nosotros mismos, 
sin permitir que nadie nos diga lo que nos conviene, o haciendo dejación de lo que somos, 
abonándonos a algo o alguien externo.

La autoobservación nos permite descubrir que si bien tenemos deseos no somos nuestros 
deseos, si tenemos pasado no somos nuestro pasado, si tenemos miedos no somos nuestros 
miedos, si tenemos cuerpo no somos nuestro cuerpo. Que siempre somos algo más, 
que no está limitado por nada, salvo lo que permitamos que nos limite.
Más adelante, la autoobservación hace posible encontrar en nosotros un núcleo de realidad, 
de amor, de verdad, que está en nuestro interior y que proviene de algo trascendente: 
nuestro ser incondicionado.
Si continuamos con el ejercicio de la autoobservación descubriremos mucho más sobre nuestra 
realidad interna, un inmenso continente se abre ante nosotros en esa ilimitada exploración interior.
La autoobservación nos centra en nuestro centro, nos acoge con verdad y sentido, nos dilata, 
nos amplía, nos hace más comprensivos, pacíficos, tolerantes y amables con nosotros mismos 
y con los demás. 
Y la autoobservación sigue y sigue su andadura, pues con su ahondar en nuestra naturaleza 
encontraremos que esta no tiene límites. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

“VINISTE DE LAS ESTRELLAS, ¿LO RECUERDAS?”

LOS CAMINOS QUE CONDUCEN A LA VERDAD SON INFINITOS

CÓMO LLEGAR AL PUNTO DE EQUILIBRIO, DONDE UNO TRASCIENDE.

LAS SOCIEDADES ARMÓNICAS

2014 - UN AÑO CRUCIAL PARA EL DESARROLLO DE VUESTRAS PERSONAS