EL MENSAJE CRÍSTICO HA CALADO

“Ahora no estáis en un mundo perfecto, 
disfrutando de las mieles de unas merecidas vacaciones.
Ahora estáis en un mundo en el que habéis de avanzar
valientemente, pero fuertemente unidos por vuestras vocaciones.
Vocaciones de unidad. Vocaciones que permitan
la unidad de pensamiento y la hermandad.”

                                    -Shilcars-

Amigos, hermanos, atlantes todos, muy buenas tardes noches, aquí
con vosotros Shilcars, del planeta Agguniom.
Todo son preparativos, todo el mundo está revuelto. Todos estamos
pensando ya, y muchos elucubrando, cómo se va a reflejar el panorama
mundial en estos meses venideros, en estos tiempos que corren.
Claro, en el fondo todos conocemos el desenlace de la situación de
este gran teatro cósmico y, aunque muchos no lo reconozcamos
conscientemente, sí intuimos en lo más íntimo de nuestro ser que los
acontecimientos avanzan inexorablemente hacia una situación límite. 
De la cual lógicamente saldremos adelante, favoreciendo así la mejor 
fluidez de la energía y prestando a nuestros organismos físicos y 
psíquicos la suficiente capacidad para la regeneración total. 

Todos, digo, estamos expectantes. Y muchos nerviosos, apesadumbrados, 
tristes, y con un claro pesimismo en sus semblantes, y no es para menos. 
La verdad es que enfocado todo desde el punto de vista físico, material, 
determinista, lógico, especulativo, materialista, hay para preocuparse.
Durante muchos años hemos estado viviendo en una ilusión que nos
ha hecho creer que la base fundamental de todo es el materialismo. La
independencia económica, la riqueza, el bienestar, el poder, los
privilegios... 

Para esa clase de mentes la situación actual crea zozobra y se intuye
también que para el ego, nuestro pensamiento, dicha situación no es nada
agradable. Por cuanto lo primero que va a producirse es necesariamente la
austeridad. Y para este pequeño detalle, para el desapego, el esfuerzo para
nuestro ego es muy fuerte, es casi inalcanzable. No puede ni imaginárselo.
Afortunadamente hay muchas mentes que tienen muy claro este
desenlace, este final de ciclo, este final de era, la del hierro. Esa edad que
ya está prácticamente oxidada. 
Para estos últimos nace la esperanza en su corazón, en todo su ser. Y
se afianza por la seguridad que durante todo este tiempo han venido
desarrollando, entrenándose en el desapego, buscando explicación a la
autoobservación, eso es aplicándose en la práctica de la autoobservación.
Al menos pensar en ello, y tal vez con la conclusión de que con la
autoobservación muchos de los temas inciertos que causan tanta
pesadumbre, tanto dolor y tanto miedo, puedan desaparecer. 

No obstante, cuando todo está tan revuelto empiezan a florecer
aquellos profetas que todos sabemos cómo denominarlos. Efectivamente,
estamos hablando de los falsos profetas, aquellos que creen que azotando
las mentes, desequilibrándolas, llenándolas de miedo, podrán a su vez
asegurarse un futuro que ellos ya ven como incierto.
Así estos falsos profetas afloran como hongos en el bosque, en el
campo, bajo la humedad y la podredumbre y en ella se fortalecen, y se
enraízan a través de los troncos de esos árboles hijos del castaño,
intentando ahogarles para poder salvarse ellos a su vez.
Estos falsos profetas están ya preparados para el lanzamiento, para su
campaña publicitaria, azuzando el miedo, la desazón. Incluso arrogándose
mensajes crísticos milenarios como propios, utilizando aquellas frases o
ejemplos que más les puedan servir para fustigar al medio y atemorizarle.
Claro, están convencidos que la masa crítica que existe en este
mundo es ignorante, no piensa, no está informada. No sabe nada y puede
manipularse perfectamente, y nada mejor que proyectarle el miedo, el
desahucio, la miseria, la enfermedad, el hambre… ¡Qué fácil es fustigar así
al medio, a esa masa crítica! Eso es lo que creen. 

No es tan fácil, amigos, hermanos. La masa humana, esa masa
crítica, ha crecido insospechadamente. Casi sin darse uno cuenta se ha
proyectado en la horizontalidad, en la igualdad, sin distinciones de ningún
tipo, ni de razas, ni de credos ni de filosofías. Y se siente uno.
Siente y presiente en su corazón, aunque a veces no lo entienda, que
ha sido, está, y quieren tener engañada de nuevo. Más esto ya no es posible.
Y no lo es porque muchas mentes han entendido finalmente el mensaje. El
mismo ha cuajado, ha calado en sus mentes y en sus corazones. Me refiero
al mensaje crístico, al mensaje de las estrellas.
Esta vez sí, esta vez no hay vuelta atrás. Porque al igual que en el
cuento de la micropartícula, esa masa crítica se encuentra en el fondo del
embudo y no puede ir hacia atrás. Aun y todo estando en la oscuridad, y en
el oscurantismo muchos, sabe positivamente que el avance teórico existe,
lo presiente. Y está haciendo unidad dentro de la propia micropartícula del
pensamiento. Y presiente que está pronto a abandonar esa Edad de Hierro
para abrazar la nueva Edad de Oro. 

Amigos, hermanos, hemos estado reforzando cualitativa y
cuantitativamente todo el egrégor de Tseyor, hemos facilitado innumerables
ejercicios y talleres que son herramientas que nos van a servir muchísimo
para salir de este callejón o embudo oscuro, que sin duda ello es
prometedor en su finalización.
Hemos estado trabajando juntos, y lo seguiremos haciendo, para que
todos y cada uno de nosotros podamos afianzarnos en ese convencimiento
interior que ha de hacer posible una nueva civilización. Hermanada,
pacífica, llena de bondad, de inteligencia, de ciencia y de arte. Porque todo
ello es la filosofía del futuro, que ya está aquí presente en todos nosotros y
solo hace falta descubrirlo. Descubrir ese fondo común que tenemos todos
de hermandad, sin distinción de nadie.
Todos unidos estamos convencidos que siguiendo por este proceso de
unidad, con las herramientas que hemos facilitado, y lo seguiremos
haciendo, con la perspicacia debida que todos y cada uno de vosotros
tengáis a bien desarrollar, sabiendo que nadie os puede engañar, porque
sabéis de sobras lo que está sucediendo y el porqué sucede, a todos esos
falsos profetas que algunos aprovechan cualquier resquicio para
introducirse y crear dispersión, confusión, a todos ellos, sabréis
entenderles, disculparles y, al mismo tiempo, amarles verdaderamente.
Y digo amarles verdaderamente, porque de alguna forma se sienten
atraídos por esa gran fuerza energética, esa luz que en Tseyor
desprendemos todos cuando, en unidad, participamos en comunión. Y se
acercan confusos y, rebeldes hacia sí mismos, extrapolan la desconfianza de
sí mismos hacia los demás.
Por eso debemos comprenderles y amarles y que sepan siempre, y en todo 
momento, que aquí estamos, para servirles, como hermanos, como uno.  

Amigos, hermanos, todo está muy bien, todas las intenciones son
muy buenas, o en este caso elogiables. Iros con el pensamiento de que
habréis de buscar en vuestro interior la nobleza de pensamiento, la
humildad, la unidad, la hermandad, el quereros profundamente unos a
otros. No deis carpetazo a la sesión de hoy, así tal cual. Es una sugerencia
nada más.
No volváis, como siempre, al redil, una vez que os han dado a
respirar esos aires de libertad. Habéis salido, entre comillas, al “campo” y,
el campo, todos sabéis que no tiene puertas.
Las únicas puertas que se os cerrarán por detrás serán la del rebaño,
una vez haya sido recogido y bien guardado, para tarde o temprano ser
esquilado.
Estad despiertos, daos cuenta del momento que estáis atravesando,
todos los seres humanos del universo. Intentad aplicaros en lo dicho.
Buscad, en vuestro interior, al igual que si estuvierais buscando aquella
pequeña moneda que se encuentra escondida entre los pliegues de vuestros
bolsillos. Al final la hallaréis.
Buscando la moneda más pequeña, os daréis cuenta  que en la
búsqueda de lo más pequeño halláis lo más grande, lo maravilloso, lo
hermoso, lo crístico, lo que verdaderamente vale la pena.
Si buscáis en la parte externa, si buscáis ese pueblo Tseyor, anhelado,
con el pensamiento conformista, determinista, lógico, estaréis pensando en
un proceso externo, en un mundo maya. Y este no interesa, ahora no
interesa. Porque ahora no es el momento de vivir una ilusión.
Ahora no estáis en un mundo perfecto, disfrutando de las mieles de
unas merecidas vacaciones.
Ahora estáis en un mundo en el que habéis de avanzar valientemente,
pero fuertemente unidos por vuestras vocaciones. Vocaciones de unidad.
Vocaciones que permitan la unidad de pensamiento y la hermandad.
Amigos, hermanos, os mando mi bendición. Amor, 
Shilcars. 

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